Efímeras, pues cambian cada 12 años. Sin embargo, por el esfuerzo que supone su creación y sus diseños espectaculares, más que capillas para albergar las Cruces de Mayo de Bonares, podría llamárseles catedrales. Auténticas, de raso, seda y ornadas con los mejores adornos para que luzcan “las más bellas”, pero siempre, en secreto hasta que sean abiertas oficialmente.
Para ello, bien que se afanan los hermanos, simpatizantes y miembros de cada una de las doce cruces con que cuenta la localidad. Y es que “el año que toca organizar el romero y la verbena es un no parar, desde que se coge la vara”, pues además implica “que se cambie totalmente la configuración de la cruz”, explican las hermanas de la Cruz de la calle Triana, que este año es la madrina en estas fiestas .
El diseño, que según la madrina, Saray Romero “es rosa, como todos los años”, es un secreto, que sólo conocen los de la propia Cruz y el diseñador, que suele ser la misma persona para todas las cruces, mientras que las mujeres “se reúnen todos los días durante muchos meses para confeccionar las partes de las que se componen éstos”. Todo ello, “sin mirar nunca el presupuesto”, ya que “los 81 hermanos que componen esta cruz han puesto más de diez millones de pesetas”, aunque “esto nunca se sabe hasta que todo esté totalmente terminado”, señala Agus Morruete.
En cada capilla pueden convivir “miles de alfilerillos”, grapas y de metros de tela, una auténtica obra de arte, con soporte de madera y a pesar de que todas las cruces abren sus puertas cada uno de mayo, para que los más pequeños vivan intensamente esta fiestas, el día 13 de mayo es cuando se suele abrir la Cruz Madrina para la verbena.
Eso, sin contar las horas “de trabajo”, ya que “aquí está todo cosido a mano”, tanto el diseño, como cada puntada y “también estamos bordando unos adornos para la Cruz de los niños”, explica otra voluntaria de esta cruz, Loli Riquelme.
Mientras, los vecinos del pueblo “están deseando que se abran las puertas de la Cruz Madrina”, y “aunque ya el pique ha desaparecido”, “nos gusta sorprendernos y ver si los hermanos de la Cruz lo han hecho como se espera”, aunque “siempre se superan las expectativas”, añadió.
Así pues, “aquí nunca se defrauda a nadie”, ya que “todo el pueblo está apoyando sus cruces y las juntas directivas son muy competentes”, a pesar de que “se trabaja a puerta cerrada para dar la sorpresa”, mientras que el trabajo del carpintero y del diseñador, que “son auténticos profesionales que nunca revelan nada”, se complementa con espejos, candelabros o imágenes de ángeles, tallas de Niño Jesús o flores, según la Cruz.
Y aunque las mujeres son protagonistas, los hombres ayudan al montaje de todo esto, además de portar su Cruz, que saldrá en procesión el Domingo de la Cruz para hacer las tradicionales ‘caídas’, que recuerdan a las tres que realizó Jesucristo portando el madero sobre sus hombros y en donde se pasa por la cruz del Rincón, la única que es dorada en el pueblo, ya que las demás son plateadas y se instala en el Ayuntamiento. La romería, este año la organiza la madrina, aunque en ella participa “todo el pueblo” y se prolonga durante todo el mes.
Los vecinos, intentan que su Cruz sea “la más bonita”, que siempre lo es “la que ha cambiado, ya que cada año se superan” a pesar de que “siempre da pena quitarla”, afirma Cristobalina La O, cuya abuela fundó la Cruz de la calle Triana.
En la cruz de la calle Arenal, el ambiente de los preparativos ha sido “más tranquilo, ya que nuestra Cruz se cambió en el año 2001”, explica Josefa Martín, quien resalta que “normalmente, todas las socias de una cruz pertenecen a la misma calle” y colaboran en el montaje de éstas, que en nuestro caso siempre es del mismo color, así como “en la limpieza de los enseres los años que hay que dejarlas montadas”, para lo cual, se “cubre todo con telas”.
Además, se “recogen las jarras, los candelabros y las flores”, para que “no se estropee nada”, añade otra socia. En esta cruz, “es tradición, que tras los cultos, venimos cantando la copla que tiene la Cruz”. Y es que “antiguamente, había que ir al campo a por brea a para alumbrarla, y en una ocasión, la Guardia Civil apresó a varios hombres de esta cruz”, explica otra socia.
En esta cruz del Arenal “queremos involucrar a los más jóvenes, ya que algunos prefieren las discotecas, aunque siempre vuelven a su cruz a cantar y a bailar y por tanto, la tradición esperamos que se mantenga”.
Como anécdota “un año se nos quemó la Cruz”, que actualmente se encuentra en una capilla propiedad de la asociación, que antes, como todas las cruces en aquellos tiempos se montaba en una casa de un particular.
En la Cruz de la Calle San Sebastián, que tras la romería tomará el testigo de la cruz de la Calle Triana, el ambiente que se puede sentir es de “alegría y tristeza” ya que “tendremos que quitar la actual capilla”, pero de “mucha ilusión de preparar el nuevo diseño”, en el que participará toda la calle.
En ella, comenzarán a preocuparse “por pagar todo lo que supone este cambio”, además de que “si no sale bien o llueve, siempre nos llevamos un disgusto”, señala María Luisa Martín, quien resalta que “en las cruces se siente mucho el ambiente de convivencia y nos ayuda a conocernos”.
Una auténtica tradición que se transmite “de generación en generación y que comienza precisamente con la fiesta para los más pequeños”, mientras que “la directiva siempre se preocupa por que todo salga bien”, destacó Antonia Coronel, quien destacó que “el año que se toma la vara, también es un año muy especial, ya que son las vísperas de todo un año de preparativos”, de nervios que concluirá cuando una cascada de raso se convierta, de nuevo en catedral.
1 comentario:
Muy bien redactado, ya se huele la verbena......¿iremos a hacer fotos verdad?.
Que pases unas buenas fiestas, junto a la familia.
Besos
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